Un año más, quizás uno de los más crudos en mi vida, aunque sea una definición que no describa en lo más vago, aunque sea un término que reconozco lo utilizo en este momento con mucha irresponsabilidad y hasta algo de desdén, porque por más que quisiera plasmas de la forma más básica, todo lo que fue o lo que significo este último año de vida, jamás lograría siquiera bosquejar todo lo que fue, todo lo que dejo y todo lo que será, no me refiero a cargas que llevar a cuesta, no me refiero a remordimientos o arrepentimientos con respecto a las acciones y situaciones que las mismas desencadenaron, no me refiero a las victorias o los ciclos cerrados, me refiero más bien a aquellas cosas que no quisiera explicar, a aquellas cosas que se dan por sentadas, a todo lo que se lleva dentro y que de alguna u otra forma te forman, te definen o te convierten en lo que ves cada mañana al mirarte al espejo, luego de una noche turbia y melancólica, tampoco hablo de autoflagelación, ni nada parecido, no malinterpreten mis palabras, tergiversen mis sentimientos y emociones, creo que así, quien pretenda encontrar algún tipo de lógica en mis letras, estará más cerca de saber a ciencia cierta de que estoy hablando o sintiendo ahora mismo.
viejo, primero tú, no lo hubiese imaginado de otra forma, manera o circunstancia, así tenía que ser, la verdad hoy 2 años después, no puedo imaginarme algo diferente, a pesar de todo el tiempo lejos del hogar, a pesar de no arrepentirme de todas mis experiencias, en momentos suelo extrañar todas las conversaciones reveladoras entre nosotros, esos momentos en los que pretendías develar algún secreto inútilmente, no contaste nunca con mi capacidad para deducir las circunstancias y situaciones, aunque… ahora que lo pienso, puedo decir firmemente que al final del cuento contabas con eso, tu manera de ver las cosas de las maneras mas intangibles, como si no hubiese nada en la vida que el ser humano no pudiese hacer, tenías toda la razón viejo, no dejo de sorprenderme cada día al darme cuenta de ello, se que a pesar de la ausencia, me preparaste para esta vida, lo hiciste muy bien y ese fue el mejor regalo que pudiste haberme dejado, no hubiese pedido nada mas en este mundo, no hubiese preferido nada mas en este mundo, no hubiese esperado nada mas en este mundo, ya que todo lo que viví contigo, fuese bueno, malo o catastrófico como casi siempre era, no hubiese sido mejor de otra forma y por eso te doy las gracias infinitamente y jamás dejare de hacerlo.
2 años, creo que nunca me hare a la idea, nunca meditare al respecto, nunca dejare de creer que en algún punto de mi vida volveré y te encontrare ahí, con tu vaso de Cocoy y tus cigarrillos, esperando que llegue tu esposa para ponerte a pelear por cualquier cosa o simplemente por nada, esperando la oportunidad para ponerme a prueba y debatir conmigo sobre algún tema perdido o distante de nuestra realidad, pidiéndome las cosas mas simples esperando que refute de ello, lanzándome cualquier cuestionamiento con la intención de ver hasta donde he llegado, riéndonos acerca del millón de respuestas encontradas a las preguntas más simples, básicas y mecánicas de la vida misma, dándonos cuenta juntos de que una relación tan real y cruda, significa mas que lo que el común piensa, porque siempre me demostraste que lo común no existía y lo complejo era parte del día a día, aunque fuese difícil de digerir, siempre demostraste solo con hechos, que no hay reto que no puedas superar, que no hay nada que no se pueda hacer y que a pesar de las dificultades, los seres humanos se ahogaban en de agua antes de pensar en la solución mas lógica, siempre se enfocaban en el problema y hacían a un lado la solución, me enseñaste bien, pero nunca te superare.